miércoles, 4 de abril de 2007


Centro Infantil
"Manitos Abiertas"


El Centro infantil del kilómetro 23 de la Avenida Bustillo, barrio Llanquihue, viene funcionando desde el año 2003. Es un Centro que depende de Cáritas y que se sostiene gracias al aporte de algunas personas que lo apadrinan. El objetivo del Centro es brindarle a los niños de 2 años y medio a 4 años contención afectiva, favorecer y estimular el desarrollo de sus potencialidades, a la vez de enseñarle hábitos de respeto e higiene. También tenemos catequesis, acorde a su edad, siguiendo el proceso de la Escuela de Fe. Queremos acompañar a sus familias en su educación y brindarles lo que necesiten para crecer sanos y ser felices. Los niños asisten al Centro de Lunes a Viernes de 14 a 16:30 hs.

"Con la sencillez de la semilla de mostaza"
Testimonio de la maestra


Desde hace cuatro años venimos trabajando en el Centro Infantil Manitos Abiertas y cada año nos fuimos proponiendo diferentes objetivos para mejorar su funcionamiento. Nuestro principal propósito como Centro Infantil, es que los nenes que concurren puedan disfrutar de una maravillosa experiencia que los enriquezca como personas. En el año 2006 el objetivo principal estuvo puesto en la catequesis. Nuestro mayor deseo desde las docentes y el sacerdote que nos asesora y acompaña, era brindarles a los niños, un encuentro personal con Jesús, que ellos pudieran experimentar su Amor y cercanía.

Comenzamos a buscar materiales porque ninguno tenía experiencia de catequesis con niños de dos, tres y cuatro años y Dios bendijo nuestro deseo y nos mandó una Catequista que ha dedicado gran parte de su vida a la catequesis del Buen Pastor. Ella vino al Centro Infantil nos dio una presentación que se llama “Pequeño Altar”. Los niños y docentes quedamos encantados. Fue suficiente para darnos cuenta que era lo que estábamos buscando.

Para mí, es una experiencia muy gratificante y enriquecedora personalmente y también a nivel profesional, me encanta y maravilla ver como Dios va entrando en las vidas de estos pequeñitos y se va haciendo su amigo y protector. Día a día me fui sorprendiendo al ver cómo a través de esta experiencia ellos pudieron descubrir que existe un Dios que los ama ilimitadamente.

El grupo de nenes viene de familias ateas, evangélicas y católicas no practicantes, para la gran mayoría era la primera vez que escuchaban hablar de Jesús, fue un gran desafío. Los chicos desde el primer momento, reconocieron que Jesús es el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas y rápidamente lo incorporaron en sus vidas. No fue así en las familias, algunas, ofrecieron resistencias. Igualmente Dios hizo su obra y es realmente muy emocionante ver cómo ellos oran con confianza y le presentan sus preocupaciones y alegrías al Buen Pastor.

Por otro lado no necesitan de muchos y grandes recursos para establecer comunicación con Jesús y con lo poco y sencillo de los materiales se sorprenden y comprenden misterios que quizás para los adultos son incomprensibles como la epíclesis por ejemplo. Para mí fue muy fuerte ver la necesidad de Dios que hay en los niños. Muchas veces cuando había problemas en las familias, venían y lo primero que querían era ir a la capilla a hablar con Jesús. Muchos nenes en sus oraciones pedían a Jesús que ayudara a sus papás que tomaban mucho vino o que protegiera a sus parientes con problemas de salud y es maravilloso escucharlos interceder por los bebés que vienen en camino, para que nada les falte.

A través de esta experiencia pude resignificar las Palabras de Jesús: "sean como niños para entrar al Reino de los Cielos". Creo que con su pureza y entrega tienen mucho que enseñarnos a los adultos.